Hoy leí, con mucha tristeza, que el Vaticano a decidido nombrar a al Arzobispo de Seattle Peter Sartain (hombre) para supervisar de la asociación de hermanas y monjas Católicas más importante de Estados Unidos: la Leadership Council of Women Religious (LCWR). El argumento del Vaticano es que esta asociación de ha separado de la doctrina tradicional Católica, al enfocarse mucho en desigualdad e injusticia económica, derechos de genero y reproductivos, y el rol de las mujeres dentro de la jerarquía Católica. De igual manera el Vaticano recrimina que el LCWR no aborda temas como el combate a la homosexualidad y al aborto.
Esta es otra batalla más en la larga historia donde la jerarquía Católica ha tratado de imponer su miopía a las necesidades de varios segmentos del catolicismo Americano, en este caso las mujeres. Aún mas, esta intervención sigue a la visitación a las congregaciones de mujeres Católicas que el Vaticano ordeno en el 2007. Para mi es impresionante la humildad y disciplina con la el liderazgo de estas organizaciones han tomado el ataque de la Congregación de la Doctrina de la Fe.
Aquí hay un enlace a la historia en el New York Times (link) y aquí hay uno a la historia en el National Catholic Reporter (link).
En este ultimo enlace hay una cita a la Hermana Joan Chittister “If everything you do has to be approved by somebody outside, then you’re giving your charism away, and you’re certainly demeaning the ability of women to make distinctions. ” Mi traducción: Si alguien ajeno (a la organización) tiene que aprobar todo lo que haces, entonces estas entregando tu carisma como organización, y ciertamente estas degradando la habilidad de las mujeres para hacer distinciones.